Cierres a presión
Los cierres a presión están previstos para el montaje enrasado en puertas, compuertas, cubiertas, bandejas y escotillas. Las puertas se cierran con la función de cierre simplemente apretando, lo que permite un bloqueo seguro. Los cierres a presión se utilizan en interiores y exteriores en la construcción naval o de barcos, transporte y en la industria de embalaje, la tecnología médica y la industria de automóviles.
El cierre a presión – un bloqueo rápido y seguro
Con los cierres a presión de KIPP se pueden cerrar objetos de forma rápida y sencilla. Por su forma constructiva, permanecen cerrados incluso con vibraciones y sacudidas. Los diversos modelos abren muchísimas posibilidades de utilizar los cierres a presión como sistema de cierre en los más diversos lugares.
¿En qué consiste un cierre a presión y cómo funciona?
El cierre a presión es una solución rápida y confortable para cerrar objetos como puertas de forma segura. Gracias a su forma constructiva, permanecen cerrados incluso con vibraciones y sacudidas fuertes. Tienen una forma de manejo muy simple, solo hay que apretar y listo. La amplia selección de modelos distintos hace que los cierres a presión de KIPP se abran de distintas maneras: tirando, presionando y girando, presionando y tirando o empujando y tirando.
Versiones y propiedades
Los cierres a presión, por sus numerosas y variadas versiones, se pueden utilizar para diferentes campos de aplicación. Cada versión tiene entonces una propiedad especial que se presta mejor o peor para la aplicación prevista específica. Por esta razón es importante examinar con cuidado los distintos modelos a la hora de seleccionar un cierre a presión.
Cierres a presión con empuñadura
Para las puertas finas con grosores de hoja de 0,6 a 1 mm se prestan de maravilla los cierres a presión con empuñadura. Como se montan sin herramientas, su instalación es rápida: solo hay que empujar el cierre en el recorte, presionarlo hacia delante y ya está. Para abrir la puerta hay que empujar el cierre hacia un lado y luego tirar de él. El resorte incorporado devuelve el cierre a presión a su posición original. Esto permite un cierre fiable solo con presionar para cerrar.
Cierres a presión con empuñadura abatible
En la gama de KIPP encontrará cierres a presión con empuñadura abatible. Esto tiene la ventaja de que la empuñadura no sobresale. De este modo, el cierre a presión se puede instalar al ras en objetos como puertas o compuertas. Este cierre está fabricado de plástico y un resorte le confiere su tensión previa. De este modo se evita que traquetee por las vibraciones y sacudidas. Para determinadas aplicaciones hay modelos con cerradura incorporada. Los cierres a presión con llave impiden una apertura ilícita o accidental. Son aptos para grosores de hoja de 2 a 22 mm.
Cierres a presión con botón
En estas versiones se puede distinguir entre los cierres a presión con botón y los cierres a presión con botón giratorio. Para abrirlos, en las dos versiones hay que pulsar el botón para que salga. En los modelos con botón giratorio, este se gira, entonces se desbloquea el cierre y la puerta, compuerta o cubierta se puede abrir. En los cierres con botón no giratorio, solo hay que tirar para abrir el objeto. Para cerrar la compuerta, solo se presiona para cerrarla. El cierre a presión se bloquea y cierra de forma segura. El botón se puede bajar de nuevo. Se pueden usar con grosores de hoja de puerta de 1,2 a 19 mm.
Campos de aplicación de los cierres a presión
Los cierres a presión se pueden emplear casi para cualquier uso, en los que, por ejemplo, hay que cerrar con seguridad una puerta o compuerta. Gracias a su instalación al ras, ahorran mucho espacio y no sobresalen. Por sus especiales características, los cierres a presión se prestan de maravilla en las áreas en que las vibraciones y sacudidas volverían a abrir los cierres convencionales. Por eso, entre otros usos, se emplean, en las embarcaciones en que, con una mar especialmente gruesa, es importante que todo permanezca en su lugar. También con las maniobras de conducción abruptas en los ambulancias o con vibraciones continuas como se producen en las máquinas o motores, los cierres a presión permanecen cerrados de forma segura.
Robustos y duraderos gracias al material adecuado
Los cierres a presión de KIPP están hechos de plástico o de un compuesto de plástico PC/ABS. Esta combinación confiere a los productos una resistencia muy elevada, así como una gran tenacidad a los impactos a bajas temperaturas. Además es muy resistente al calor. Este compuesto permite una amplia versatilidad de usos de los cierres a presión, así como una prolongada durabilidad. En nuestra gama encontrará modelos en los colores negro, blanco y beis.
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